4.11.16

La dulce Revolución Verde





La dulce Revolución Verde

  La preocupación sobre la situación ecológica del planeta ha dejado de ser un tema secundario en el debate público y en la agenda política. 

  Una muestra clara del progresivo protagonismo que el tema verde suscita en la opinión pública es la reciente llegada a las pantallas de numerosos documentales relacionados con el tema. Trabajos planteados desde diferentes ópticas pero con un sujeto compartido el planeta. Unos han tratado las consecuencias ambientales o sociales, como el cambio climático o las guerras climáticas. Otros han observado las nuevas formas de vivir, de organizarse, de consumir, de alimentarse o de entender la movilidad. Puntos de vista que nacen de la sensibilidad hacia la situación crítica que vive el planeta. Un listado urgente de documentales por visionar son: The age of stupid (2009), de Franny Amstrong, Cars vs Bikes (2013), Une douce Révolte (2015), Le demain (2015) de Melanie Laurent y Ciryl Dion, Un monde sans viande (2015), la trilogia del profesor Iain Stewart para la BBC How Oil Made Us, The carbon wars, Climatic Wars (2015) y el reciente Before the Flod (2016) de Leonardo Di Caprio. Y no olvidemos nuestros Corazones Verdes (2015) de Laure Kervyn y BCN350. Podéis añadir a la lista algunos cientos más.

  El segundo aspecto clave es la evolución que ha vivido el activismo ecologista. Los imprescindibles movimientos de los años 80 han abierto la puerta a la nueva ecología política del siglo XXI. A este nuevo escenario han sido invitado actores con perfiles renovados y intereses diversos que enriquecen el debate y abren el abanico de su ámbito temático. Las propuestas actuales superan el No a las nucleares y se disponen a proponer alternativas realistas con claros beneficios sociales, ecológicos y también económicos. Sí, se habla de energía (renovable) y medio-ambiente pero también se tratan aspectos económicos como el decrecimiento, los sistemas monetarios alternativos o la economía colaborativa. Se abordan temas como la soberanía alimentaria, la producción de proximidad, el slow movement. Todo ello sin olvidar el necesario saneamiento político que pide más democracia participativa, y la ya vergonzosa necesidad de superar una prehistórica Sociedad Patriarcal.

  La ecología política debe conectar con todas estas preocupaciones y generar un discurso que las incluya. Es la alternativa a las alternativas políticas. Alternativa a una socialdemocracia con un discurso por renovar y alternativa a la utopía comunista que hoy tendría más sentido que nunca ante la crisis del sistema capitalista. La urgencia de la situación empuja a la ecología política a aunar con optimismo todo este movimiento que ya no es outsider. La única alternativa a la derecha que observa perpleja el respaldo mayoritario a uno discurso económico que la dramática crisis económica y el cambio climático han cogido a contra pié.

  Partidos que representan la ecología política como EQUO en España y el Grupo Verde Europeo a nivel continental tienen la obligación de liderar esta revolución. Para ello no debemos contentarnos con agradecer las simpatías generadas. Debemos dar un paso definitivo para activar una imprescindible transformación social. Una revolución que como apunta Florent Marsellesi se caracteriza por su #TernuraySubersión y que desde mi punto de vista será dulce porque no puede amargar a nadie.

 Ánimos a Rosa Martínez a Florent Marsellesi y a todo su equipo en su proyecto de renovación @Equo2p0

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